martes, 19 de enero de 2010

David. La conjura de los Horacios

















El Juramento de los Horacios, 1784, óleo sobre tela, Museo del Louvre, París.

Tema: La historia que relata el cuadro tiene lugar durante el periodo de guerras entre las ciudades de Roma y Alba en el 669 antes de Cristo. Se ha establecido que la disputa entre las dos ciudades sea decidida mediante un combate entre dos grupos de tres hombres cada uno. Los dos grupos son los tres hermanos Horacios y los tres hermanos Curiacios. El drama reside en que una hermana de los Curiacios, Sabina, está casada con uno de los Horacios, mientras que una hermana de los Horacios, Camila, está comprometida con uno de los Curiacios. A pesar de los vínculos entre las dos familias el padre de los Horacios exhorta a sus hijos a luchar contra los Curiacios a lo que ellos obedecen a pesar de los lamentos de las mujeres.

Composición: El cuadro se organiza en tres grupos, situados cada uno bajo una arcada. En el centro el padre poniendo por testigo a los dioses del juramento de sus hijos (la mano derecha abierta y la izquierda sosteniendo las tres espadas). El protagonismo del padre se refuerza con el color rojo de su manto que atrae la atención. A la izquierda los tres hijos en actitud firme y viril expresada en la repetición de la postura y en la tensión de la musculatura. A la izquierda las mujeres sentadas y en actitud blanda.
Los personajes se disponen en un espacio amplio y claro que define una perspectiva señalada por las líneas de las baldosas que convergen hacia el fondo.
Luz: La luz actúa como elemento compositivo. Procede de la izquierda y hacia ella se dirige el rostro del padre. Ilumina el grupo de las mujeres a donde se dirige nuestra atención. Si la luz confirma el valor y el honor del juramento, la oscuridad del fondo anuncia quizás el destino fatal de los hermanos: la muerte.
Color: La precisión del dibujo predomina sobre el color.
Los colores cálidos, el rojo, se colocan en el padre para resaltar su figura y en el hijo situado al frente para confirmar su posición adelantada. Los colores fríos resaltan la solemnidad y el predominio del valor del deber sobre el de la piedad.

El blanco del hermano del frente y la mujer del extremo cierran la composición.
Movimiento: El movimiento es contenido: las piernas asentadas en triángulo y los brazos tendidos reflejan la tensión contenida que impone el deber ciudadano.
Es de notar el contraste entre firmeza de postura que presenta el grupo de los hermanos y la languidez del grupo de las mujeres. Contraste que se refuerza en la tensión de los músculos y la postura de los hombres y la blandura y melancolía de las mujeres.
La contención fría de los hombres contrasta con la expresión sentimental resignada de las mujeres.

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