jueves, 17 de marzo de 2011

Benito Mussolini: El liberalismo y la realidad del poder



“¿Significa el liberalismo un derecho general al voto o algo semejante? [...] ¿Significa dar, en nombre de la libertad, la libertad a unos pocos para que procedan a su destrucción? ¿Significa ofrecer lugar a aquellos que proclaman su enemistad hacia el Estado y trabajan activamente para la destrucción del mismo? ¿Es eso liberalismo? Pues en el caso de que lo sea, el liberalismo es una doctrina de abyección y destrucción. La libertad no es un fin, sino un medio. Y como medio tiene que ser objeto de control y dominio. Y aquí se hace imprescindible hablar del poder.

Ruego a los señores liberales que me digan si ha habido en la Historia un gobierno fundamentado en la voluntad exclusiva del pueblo y que haya renunciado al empleo de la fuerza. No ha habido nunca un gobierno semejante, ni lo habrá. La opinión es cambiante como las arenas en la playa. No puede existir siempre y no puede ser total. Nunca ha habido un gobierno que haya hecho feliz a sus gobernados. Sea cual fuere la solución que se dé a un problema, quedará siempre un grupo de insatisfechos, aunque se estuviera en posesión de la verdad divina. Así como en geometría no se ha conseguido la cuadratura del círculo, en política se está asimismo muy lejos de ello. Si viene a ser así insoslayable que cada medida del gobierno cree insatisfacción, ¿cómo impedir que la insatisfacción se extienda y llegue a ser un peligro para la fortaleza del Estado? Eso se conseguirá con el poder. Con la utilización de este poder, con su inexorable utilización cuando sea necesario. Quitadle a un Estado el poder -es decir, el poder físico y armado- y dejadle únicamente dotado de sus inmortales principios; no cabe la menor duda de que dicho gobierno será víctima del primer grupo organizado que esté decidido a hundirle. El fascismo ha arrojado al rincón de las cosas inservibles esta teoría montada contra la vida. Cuando un grupo o un partido está en el poder, se ve obligado a fortificarse allí y defenderse contra todos.

La verdad que salta ante los ojos de cuantos no estén ciegos por la venda del dogmatismo, es que el hombre acaso está cansado de la libertad. La libertad no es hoy aquella virgen virtuosa y prudente por la que lucharon y murieron en la primera mitad del pasado siglo. Para la juventud inquieta, intrépida y ruda que aparece en los albores de esta nueva era histórica, hay otras palabras que poseen una mayor fascinación y disciplina. Este pobre liberalismo italiano que lucha y aspira a una mayor libertad, está tremendamente retrasado. Está alejado de toda la comprensión y escapa a cualquier oportunidad. Se habla de las simientes para las que llegará la primavera. ¡Que ocurrencia tan chistosa! Algunas semillas mueren bajo la capa invernal.

El fascismo, que no tuvo temor alguno en calificarse de reaccionario [...] no teme de ninguna manera calificarse hoy de aliberal o antiliberal. El fascismo no está dispuesto a ser víctima de ciertos trucos habituales.”

Benito Mussolini: “Poder y Consenso” (artículo publicado en marzo de 1923). En: Ernst Nolte, El Fascismo. De Mussolini a Hitler. Barcelona, Plaza y Janés, 1974, pp. 84-85.

Cuestiones:
  • ¿Qué es y no es la libertad para Mussolini?
  • ¿Qué entiende Mussolini por poder?
  • ¿Qué argumento utiliza Mussolini para demostrar la necesidad del poder?
  • ¿Cómo define al fin Mussolini al fascismo?
  • ¿Qué opinas de las palabras de Mussolini? Razona tu respuesta. 

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