Stalin y Lenin 1919 |
En primer lugar, la circunstancia de que la Revolución de Octubre comenzó durante un periodo de pugna encarnizada entre los dos principales grupos imperialistas, el anglo-francés y el austro-alemán, cuando estos grupos, enzarzados en mortal combate, no tenían ni tiempo ni medios para dedicar una atención seria a la lucha contra la Revolución de Octubre. Esta circunstancia tuvo una importancia enorme para la Revolución de Octubre, pues le permitió aprovechar los cruentos choques en el seno del imperialismo para consolidar y organizar sus fuerzas.
En segundo lugar, la circunstancia de que la Revolución de Octubre empezó en el curso de la guerra imperialista, cuando las masas trabajadoras, extenuadas por la guerra y ansiosas de paz, se vieron llevadas, por la lógica misma de las cosas, a la revolución proletaria, como único medio de salir de la guerra. Esta circunstancia tuvo una importancia inmensa para la Revolución de Octubre, pues puso en sus manos el poderoso instrumento de la paz, ofreciéndole la posibilidad de conjugar la revolución soviética con la terminación de la odiosa guerra y, de este modo, granjearse la simpatía de las masas, tanto en Occidente, entre los obreros, como en Oriente, entre los pueblos oprimidos.
En tercer lugar, el poderoso movimiento obrero en Europa y la crisis revolucionaria que, engendrada por la prolongada guerra imperialista, maduraba en el Occidente y el Oriente. Esta circunstancia tuvo para la Revolución en Rusia una importancia inapreciable, pues le aseguró fuera de Rusia aliados fieles en su lucha contra el imperialismo mundial.
Pero, aparte de las circunstancias de orden exterior, la Revolución de Octubre tuvo a su favor muchas condiciones interiores que coadyuvaron a su triunfo. Entre estas condiciones, las principales son las siguientes:
Primera: la Revolución de Octubre contaba con el apoyo más enérgico de la inmensa mayoría de la clase obrera en Rusia.
Segunda: contaba con el apoyo indudable de los campesinos pobres y de la mayoría de los soldados, ansiosos de paz y de tierra.
Tercera: tenía a la cabeza, como fuerza dirigente, a un partido tan probado como el partido bolchevique que, fuerte no sólo por su experiencia, no sólo por su disciplina, forjada durante años, sino también por su gran ligazón con las masas trabajadoras.
Cuarta: la Revolución de Octubre se enfrentaba con enemigos relativamente fáciles de vencer, como eran la burguesía rusa, más o menos débil, la clase de los terratenientes, totalmente desmoralizada por los motines campesinos, y los partidos conciliadores [...] que en el transcurso de la guerra quedaron en bancarrota.
Quinta: disponía de los inmensos espacios del joven Estado, donde podía maniobrar libremente, retroceder cuando las circunstancias lo exigiesen, tomar aliento, reponer sus fuerzas, etc.
Sexta: la Revolución de Octubre podía contar, en su lucha contra la contrarrevolución, con suficientes reservas de víveres, combustible y materias primas en el interior del país.
Estas circunstancias exteriores e interiores, sumadas, crearon la peculiar situación que hizo relativamente fácil el triunfo de la Revolución de Octubre. Eso no quiere decir, naturalmente, que a la Revolución de Octubre no se opusiesen condiciones exteriores e interiores desfavorables.”
J. Stalin: La Revolución de Octubre y la táctica de los comunistas rusos, [1924].
Actividad: Presenta en un esquema las circunstancias que según Stalin hicieron posible la Revolución rusa.
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